Lo que mamá nunca entenderá que nos pongamos

Las modas van y vienen, son pasajeras. Incluso la que parece que permanecerá más tiempo, por mucho que nos encante, y sea nuestra preferida, desaparecerá.

Esto es algo que sólo algunas madres entienden, por lo que no se alarman al vernos con jeans tan rotos que parece que acabemos de salvarle la vida a un pequeño atrapado en la jaula de un salvaje y peligrosísimo león.

Sí, seguro que alguna de vosotras tiene esa «mamá sufridora». Están las que sufren y se alarman en silencio al verte con shorts, sneakers y calcetines de piñas por el encima del tobillo. La «mamá silenciosa» es la que cuando ya hayas salido a la calle, abre los ojos y la boca cuál platos, se lleva la mano a la cabeza y se dice a sí misma:

• ¡Madre mía! ¿Cómo la he dejado salir así a la calle? Estaba ridícula…

Quiero hablaros de las «mamás sinceras». ¡Sí señor! Las mujeres que pasan por tu habitación, retroceden marcha atrás y de repente observamos dos ojos. Sí, dos ojos y una frente, creyendo que quizá así no las vemos. El comentario viene luego, pocos minutos después. Te observa, calla y termina de recorrer el resto del pasillo.

• Pareces la tonta del pueblo con esas cangrejeras y calcetines. Oye, pero tu misma si es lo que se lleva…

Un tono serio y contundente. Y por dentro, mamá no deja de cruzar los dedos y susurrar por favor que no salga así que en el barrio la conocen y saben que es mi hija.

Chicas… normal. Seguro que incluso a muchas de nosotras nos sorprenden muchas modas actuales.

Aparte de las dos que he nombrado hace un momento, existen tantas razones para darles la razón a nuestras madres. Sus suspiros, sorpresas, negaciones y prohibiciones están, algunas veces, justificadas.

1.Va enserio, el chándal con tacones ya no es cosa de locas.

2. Zapatillas de estar por casa con pelos. Perdonen señoras, pero los ‘furry shoes’, parecen los zapatos más cómodos de este mundo.

3. «The backward shirt» es real. ¡Olé! Las que se atreven con la camisa dada la vuelta, desabrochada pero atada detrás.

4. Aceptamos pulpo como animal de compañía y pijama como outfit de diario.

5. Se acabaron las rimas y la prohibición de mezclar colores tipo «rosa y rojo piojo». Ahora el marrón y el negro pegan, el azul marino con el negro y el azul cielo con el rosa palo. Rayas y cuadros, flores y topos o margaritas con flamencos.

6. También está permitido que los uniformes de trabajo sirvan de prenda «cool» para nuestras fiestas. El «boiler suit», tipo mono de trabajo o americana de domador de leones.

7. Hola ¿quiere una camiseta de propaganda? Sí, gracias pero no me la podré para dormir.

¿Sorprendidas?

Pero las madres también tuvieron su época de gloria. Ahora, si se sorprenden por lo que llevamos, podremos recordarles que ellas llevaron los pendientes más grandes habidos y por haber. Si andando por la calle les caía un tiesto, sus súper hombreras amortiguaban el golpe.

A las que os guste la moda de los pantalones tipo chándal con una camisa y sneakers para trabajar podréis decir ¡Alto! Ellas llevaban leggins para cualquier ocasión. Y si te gusta la moda oversize, recordémosles que en sus americanas cabían más de tres personas.

Así que por suerte, las modas van y vienen. Muchas desaparecen.

Mamás del mundo no os alarméis, puede que en un tiempo la moda que venga os guste un poco más para nosotras.